Llegando al Yacht, que lindo gorrito!
Lunes, que lindo día para despertarse en el Omega amarrado en el muelle del Yacht and Golf. Desayuno un capuccino con tostadas, ordeno un poco mas y salgo a cubierta. Día espléndido.
Bogliolo y "Berlusconi" se van a las duchas. Cuando vuelven preparan un café y los convenzo de ayudarme a levantar el palo antes de irse a la casa de Vicente. Recluto al chileno Luis, marinero del club y siempre listo para ayudar a la flota.
Llevo el barco cerca del paredón y lo varo bien con la orza. Bernasconi se ocupa de calzar el palo en la carlinga, Bogliolo y yo aguantamos el palo en la popa. Doy la orden y Luis desde la costa caza la driza. El palo empieza a levantarse, pero al mismo tiempo el barco empieza a girar sobre la orza poniéndose de costado al muelle y todo se viene al diablo. Por suerte lo pudimos bajar rápidamente sin mayores consecuencias. Aguantando el mástil sobre el hombro (pesa como 200 kilos, o así me parece en ese momento), indico a los muchachos donde hay cabos para tirar a la costa y fijar mejor el barco. Ya con todo en orden repetimos la maniobra, esta vez con todo éxito, con solo algunos balanceos rapidamente compensados por Luis con la driza. Poniendo la moneda en el palo (lastima no salio la moneda)
Devuelvo a mis ayudantes a su barco. Debido a la gran cantidad de camalotes decidimos llevar los barcos al interior de la Marina del Yacht. En la popa del Mariano se enredó una gran isla de plantas flotantes, por lo que no puede prender el motor. Entonces tiramos dos cabos desde su proa y popa, y con el Omega lo remolco para desatracar de costado y zafar asi del camalotal. Ya libres del yuyal buscamos amarra y nos abarloamos a una lancha de pasajeros. El Mariano II maniobrando
Quedamos bien protegidos, ya que dejaríamos los barcos solos para ir a visitar a nuestras familias locales, pero para llegar al club (para ir al baño, buscar agua o comer) debemos cruzar el lanchón, trepar una pared de casi dos metros y caminar a través del hoyo 10 de la cancha de golf (graves problemas para resolver un lunes!).
Al mediodía llega el chofer del BBVA en el BMW de Vicente, viene con la mamá de los Bogliolo y una chica que la asiste. Me ofrecen a llevarme a la casa de Lisi, un viaje de unos 40 minutos.
Nos apretujamos como podemos en el asiento trasero del auto (ninguno de nosotros es chiquito, ya sea a lo largo o a lo ancho!), comprobando que no fue diseñado para llevar 6 personas. Que viaje doloroso!
Llego al mediodía a la casa de mi hermana, donde soy fantásticamente recibido. Me dedico a comer rico, disfrutar de mi familia, y relajarme luego de las peripecias de Pilcomayo.
El martes a la tarde me llevan al barco despues de buscar a mis sobrinos de la escuela. Tomamos mate y acomodamos la maniobra de cubierta. Anochece, es hora de despedirnos. Los insistentes ruegos de Pauli y Nico me convencen (sin mucho esfuerzo) de volver a Asunción. Nico nos cocina un asado riquísimo, regado por supuesto con el buen vino al que nos tiene acostumbrados Mi cuñado.
Ultima noche en una cama grande, donde me puedo acostar sin doblarme en cuatro.
Miércoles, tempranito llevamos a los chicos a la escuela, pasamos por el supermercado para abastecerme de fiambres y carne, y Lisi me acerca al Yacht.
Muchas gracias por todo Hermanita!! Mi Unica comentarista del blog!Lisi malcriando a Martu
sábado, 22 de agosto de 2009
Estadía en Asunción
Publicado por
El Capitan
en
18:04
1 comentarios
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