lunes, 4 de agosto de 2008

Feijoada Magnanima

Hacia el fin de la tarde llegaron los muchachos regatistas. Muy cansados pero contentos, sacudidos por las olas, y con las orzas magulladas por los arboles submarinos. Se aguantaron mas de seis horas en el agua, corriendo 4 regatas, con apenas una banana y una barrita de cereal mojada como almuerzo.
Los ayudamos a desarmar sus barcos, sacarlos a tierra y desagotar los cascos (el Loki esta haciendo mucha agua, por lo que a la vuelta debera ser internado en terapia intensiva!).
Mientras se alimentan un poco en el bar del club, llegan los capitanes del equipo de tierra, Grace y Ricky, sin las niñas, a quienes dejaron en el hotel.
Grace me cuenta que hoy, cuando bajaron a desayunar, Mariana Ritchie deslizo una mirada a lo largo de las largas mesas del desayuno, rebosantes de quesos, jamones, panes de todos los gustos, dulces, frutas, chocolatadas, yogures y tantas mas delicias, y con un gesto "aristocrático" declaró:
-Nada de lo que hay me gusta.

Su madre de inmediato le aplasto los aires de grandeza de un sopapo, y creo que al final disfruto del desayuno continental!

Volvimos al hotel a bañarnos para salir a comer. Encontramos a las princesitas en la habitación, la Paca medio aburrida, y Mariana durmiendo agotada luego de aprovechar todas las oportunidades de diversion que ofrece el hotel.

Como mañana nos volvemos decidimos ir al centro a comer una buena y tradicional feijoada. Previamente Ricardo y yo fuimos al Free Shop de la frontera a comprar una camara de video (que no conseguimos), es la primera vez que tengo que hacer migraciones para entrar a un shopping!

Nos encontramos con toda la flia en un resaturante prometedor que ofrecia feijoada completa como plato del día. Algunos no se animaron y pidieron bifecitos, hamburguesas y otras porquerías.
Lisi, Grace, Esti y yo pedimos sendas porciones del plato típico. Primero aparece el mozo con una bandeja de una especie de ensalada hervida con pedacitos de panceta frita, Esteban y yo tomamos un generoso bocado de la misma, puajjj! Casi la esupo en la mesa, solo lo nutrido del restaurante me obligo a tragarla aguantando las nauseas. Para sacrnos el gusto agarramos unas especies de papas a la milanesa, que resulto ser banana envuelta en pan rallado y frita. Esta vez si la escupí, y me lave la boca con agua gasificada.
Al rato viene el mozo con unas pequeñas marmitas negras con el guisado de porotos negros. Por fin, ahora se viene lo bueno!!. Clavamos las cucharas para degustar tremendo manjar. Pescamos unos trozos de chancho que parecian ser la nariz, orejas y no se que otras partes asquerosas, le dimos dos o tres bocados, que solo consiguieron aumentar nuestro asco.
Abandonamos asi, casi intacta la comida, nuestro valiente intento de sumergirnos en la cultura del pais anfitrion, y terminamos mendigando a nuestros inteligentes compañeros de mesa algun bocadito de sus deliciosas hamburguesas.
Volvimos al hotel medio descompuestos, provocando náuseas con solo pronunciar la palabra Feijoada!

1 comentarios:

lisi dijo...

Aguante el bife de chorizo!!